domingo, 24 de junio de 2018

Ocho Capitales para España ( y doce para Iberia)


El centralismo del Estado Liberal se conceptúa desde el principio básico de establecer formas de organización más eficientes, e igualitarias.  El camino centralizador del Siglo XIX ofrece una teórica igualdad de oportunidades para que cada quien conquiste el lugar que le corresponde en la sociedad de acuerdo a sus méritos, capacidades o trabajo, olvidando para siempre  los privilegios de casta o linaje  y los privilegios de los territorios.
La igualdad  tiene , por tanto, una manifestación social, y otra territorial. La igualdad de oportunidades, la meritocracia, son valores por todos compartidos.
Sin embargo, la implantación del sistema Liberal Democrático y central, ocasiona la problemática de generar una uniformidad anuladora de las tradicionales formas de gobernanza . Toda modernización deja atrás lo viejo, pero lo viejo puede ser valiosamente antiguo y tracionalmente conveniente.
Encontrar un punto de equilibrio óptimo entre lo que se ha de eliminar y lo que ha de desarrollarse, es el reto. En estos días en los inmediaciones de la noche de San Juan se entenderá mejor que difícil es 
" quemar" algunas cosas.

En la organización territorial de España surgida de la Constitución de 1978, se hizo una amalgama entre algunas tradiciones, los fueros vascos, la Generalitat, sin romper con la organización del Estado Centralista y sus administraciones territoriales ( la provincia y sus diputaciones ), también , claro, llegaron las Comunidades Autónomas. Un buen lío , y además caro, y para colmo lejos de satisfacer a los defensores de las singularidades territoriales, se han exacerbado con la aparición de un virulento separatismo catalán y anteriormente un criminal y asesino separatismo vasco.


Los partidos proponen reformas, federalismo simétrico y asimétrico, eliminación de diputaciones, delimitación de las competencias de las autonomía en un modelo cerrado y no abierto y expansivo como ahora, pero no existe el más mínimo consenso y sin consenso no es posible un cambio, que habría de ser constitucional.

Analizada la situación " groso modo" vengo a proponer una idea,  otra más " para abordar el lío territorial , una idea poco  o nada propuesta, y en absoluto debatida.

La propuesta es la implantación de un modelo centralista, con descentralización administrativa, con unas regiones con competencias  bien definidas, enfocadas a la gestión eficiente que solo se puede alcanzar desde la cercanía al Ciudadano. Las regiones tendrían un número máximo de 10, y en lo posible con poblaciones equivalentes, con las necesarias excepciones de las islas y las discrepancias propias de la desigualdad de densidad. Todos estos aspectos buscan la racionalidad eficiente en el uso de los recursos, y la igualdad en el trato a las regiones, sin privilegios, sin discriminaciones, con una uniformidad igualitaria y cartesiana. Con ello volveríamos a la esencia misma del Estado Liberal y se enfocaría la construcción nacional,  revirtiendo el proceso de frenética deconstrucción padecido.

Pero entonces¿ qué pasa las singularidades regionales, con los hechos diferenciales, con las formas tradiciones de organizar los territorios, con esos privilegios forales tan propios de nuestra historia ? parecería que algo así  produciría una fractura inaceptable, solo tendría el apoyo de la derecha nacionalista española y a la postre sería un dislate.

Sin embargo pensemos que el principio de Igualdad es atractivo, es leal a los valores democráticos más esenciales y es necesario. En el fondo " todo el mundo quiere la igualdad " tenemos que encontrar la solución.
Voy a sacar a pasear la idea:  necesitamos varias capitales, que asuman el poder central, necesitamos un centralismo geográficamente disperso. Hoy en día no se necesita la concentración geográfica del poder gracias a la tecnología y a la facilidad de transporte, los ministerios pueden estar diseminados por todo el territorio sin problemas, hasta una Dirección General podría estar en Cádiz y otra en Santander. Sin embargo para las ciudades es muy atractivo disponer de sedes gubernamentales y además se podría primar la experiencia y especialización regional y también la necesidad de potenciar áreas. Algunos ejemplos: desde el País Vasco se puede llevar la Formación Profesional , pues la FP en el País Vasco se organiza muy bien, en Badajoz necesitaríamos Industria, Exteriores se quedaría en Madrid, en Barcelona por supuesto Administraciones Territoriales, etc. Las ciudades competirían por su Ministerio por su área,  ofreciendo sus capacidades y haciendo valer sus necesidades.
Lo más interesante es que se podría generar hasta una competencia de eficacia de gestión nacional entre diferentes ciudades y territorios. Sería bonito que Barcelona presumiese que desde Cataluña se distribuyen las competencias a las regiones de España o que La Coruña sacase pecho de la Gestión Pesquera, por fin a la vera del  Océano Atlántico.
La diversidad cultural siempre habría de ser tratada en clave nacional, igual que la Paella es el plato de España es hora que el Caganet sea una tradición española, y de esa manera tendría bastante más fuerza . También es hora que se puedan estudiar en las escuelas de España, el  Catalán, el Gallego, el  Vasco, y también el Portugués ( si Portugal decidiese sumarse al proyecto ), y que la superación de esos estudios suponga la certificación suficiente a todos los efectos , académicos y laborales.

La propuesta es utópica, desde luego, desde la acepción de la palabra que indica que algo aún no ha ocurrido en el mundo ( quizá en alguna medida en Sudáfrica, y en la Unión Europea), pero ante situaciones complejas necesitamos soluciones nuevas.

Creo que todos deseamos un Estado eficiente que garantice la igualdad entre los territorios, que todos queremos participar de ello y que tener parte de la Capitalidad en nuestra ciudad nos da confianza y fuerza en el proyecto de País que  ha de sustentar el Estado. Como en San Juan , podemos tirar al fuego, todos los conflictos territoriales, y al día siguiente lucir con un nuevo traje  hermoso , diseñado desde la maestría de tanto análisis territorial

Para finalizar, en esta estructura Portugal podría sentirse muy cómodo, ya que Lisboa, Oporto , Coimbra, Faro, Bragança, Castelo Branco, Beja.... serían "Capital "del conjunto peninsular , y el portugués se estudiaría en todas las escuelas... aunque hay que señalar siempre que la Soberanía e Independencia formal de Portugal como Nación , no podría ,en modo alguno, verse afectada.









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